domingo, 24 de abril de 2011

CINCO MIRADAS (5)

LA MIRADA DEL PUEBLO El domingo anterior a la fiesta de la Pascua, Jesús era recibido en Jerusalén, como si fuese un Rey. Las gentes se volcaron a su paso, como tantas veces, pero ahora hasta agitaron hojas de laurel y palmas, mientras, sembraban el camino con sus propias ropas. 
Sin embargo, en los primeros momentos del traslado de Jesús ante Poncio Pilato, en el pretorio solo había un grupo reducido de personas, que se habían enterado de su detención y que estaban a la espera del desarrollo de los acontecimientos.
Luego, poco a poco, se fueron congregando gente curiosa deseosa de saber lo que ocurría. Más tarde, se agregarían grupos afines a los sacerdotes y guardias del templo, con instrucciones concretas: había que hacer correr la voz de que era una impostor.
Como en toda sociedad, los que tenían algo que perder no estaban dispuestos a que los cambios que proponía Jesús, afectaran a su situación. Y pronto se apuntaron a gritar ¡crucifícalo! De su parte, estaban los que habían recibido de Jesús el regalo de una nueva vida.
Estos se situarían a ambos lados del camino, acompañando en silencio al condenado, mientras, que el otro grupo, iría hasta el pie mismo de la cruz a gritar ¡Sí eres el hijo de Dios, salvate tú mismo!
También hubo gente de buena fe, como José de Arimatea, Nicodemo, Juan el discípulo, Maria Magdalena, María de Cleofas, María su madre, que estuvieron al pie de la cruz hasta su muerte. Para los apóstoles, aquellos que le habían seguido y convivido con él, era el final. No habían entendido el camino del Reino y no podían soportar, por vergüenza y miedo ,el fracaso que suponía su muerte.
Sin embargo, días después, para muchos de los que le habían seguido, un rayo de Esperanza inundaría sus corazones, al conocer la noticia de su Resurrección. Todo ello, a pesar de las denuncias de los los sacerdotes y fariseos ante Poncio. Estos alegaron, que los seguidores de Jesús habían robado el cuerpo. Muchos, al recordar su profecía de reconstruir el Templo en tres días, creyeron aún más en Él.

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