martes, 26 de noviembre de 2013

EL PAPADO DE AVIÑÓN I

Llegados a este punto y antes de abordar el tema específico, es preciso señalar dos puntos conflictivos, que se reproducen durante toda la Edad Media. Por parte de la Iglesia un intento por obtener la supremacía del poder espiritual que ellos representaban, por encima del poder civil. Los monarcas por su parte, necesitaban tener a la Iglesia de su lado, siempre que ésta no injiriera en sus asuntos, ya que el mensaje que los clérigos predicaban, les permitía obtener el control de sus súbditos y avalar sus actuaciones. Esta sería la batalla, que las dos instituciones mantendrían a lo largo de sesenta y ocho años y que a manera de síntesis a continuación se desarrolla.
Antecedentes Durante la Edad Media, el papado tenía además de su papel espiritual, un papel secular dentro de la sociedad. Por aquel entonces, las tesis hildebrandianas abogaban por el establecimiento de facto de un régimen teocrático, con el papa a la cabeza y los líderes seculares aceptando su primacía. Sin embargo los conflictos que surgieron entre las dos instituciones, hizo imposible su materialización. Durante el siglo XI, se dan dos situaciones que permiten a Europa adquirir una dimensión global: por una parte la situación económica comienza a mejorar; por otra se produce el fin de las invasiones bárbaras a gran escala.
La teocracia. La red burocrática con que contaba el papado, le permitía desde su posición, contrarrestar la profunda decadencia experimentada durante el siglo X. Si bien en un primer momento las tesis hildebrandianas se expanden rápidamente, pronto las distintas casas reinantes en Europa no se sienten cómodas antes las continuas injerencias papales, sobre todo cuando son contrarias a sus intereses.
Federico Barbarroja obtiene el éxito en sus campañas militares, que le permiten afianzar su poder. Con el apoyo de los gibelinos entrará en conflicto con el papa en su disputa sobre cuál de ellos, es el líder supremo de la cristiandad. Por aquel entonces el papado tenía su poder afianzado. Ante su llamada para las cruzadas, los reyes de Inglaterra, Francia e incluso el emperador, se ponían al frente como simples mariscales de sus ejércitos. Pero pronto el conflicto entre el papa y Federico se encona lo que dará lugar a un largo conflicto civil. A favor del papa güelfos y gibelinos a favor del emperador. El enfrentamiento se produce en Legnano donde el emperador Barbarroja sufre una humillante derrota a manos de las milicias comunales italianas. A partir de ese momento se suceden actos beligerantes de unos y otros, quedando desprestigiado el papado ante el uso de la excomunión como instrumento político. Llegamos al año 1305. Como consecuencia de la continuada guerra entre güelfos y gibelinos, el rey de Francia ordena la invasión de Italia, capturando al papa Bonifacio VIII, en el episodio llamado el Atentado de Anagni.

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