viernes, 24 de junio de 2011

EL PODER DE LA PALABRA

Cuando inicié la publicación de la bitácora “El contador de Historias”, uno de los apartados que tenía intención de abrir, era el de poder comentar algún que otro libro de los que pudiese leer.
No ha sido fácil encontrar el momento, ya que otros aspectos han ocupado gran parte de mi tiempo. Hoy estoy en disposición de acercaros uno de ellos.
“LIBROS DE LUCA” autor Mikkel Birkegaar. Nació en Copenhague en 1970
En la contraportada del libro figura la siguiente inscripción:
<<Sin lectores, los textos no dicen nada. Necesitan de, al menos, un lector. Entonces seguramente hablan. Y cómo… No sólo hablan, también susurran, algunos incluso gritan>>
Las páginas de este libro, nos cuentan una hermosa historia referida a los libros y la fuerza que tienen las palabras.
Según el autor, con cada lectura incorporamos al texto nuestra experiencia y comprensión del mismo, consiguiendo una carga de su contenido.
El lector, con la cadencia de su lectura, asume la letra que sus ojos están leyendo, y la transforma en una imagen cual película.
Sin embargo, como en todas las cosas de esta vida, siempre hay alguien que desea transformar esa fuerza, para su uso personal.
Un abogado, que hereda una antigua librería a la muerte de su padre, y un magnate al que le persigue la justicia por sus actos ilícitos, más la dependienta lectora de la librería, son los personajes claves de esta inquietante historia.

jueves, 16 de junio de 2011

DIÁLOGOS DE VERANO

Todavía hoy día, cumpliendo con la tradición, algunas esposas acompañadas por la prole, se instalan en las casas de veraneo, tan pronto los hijos comienzan vacaciones en el colegio. Una de ellas, al llegar al lugar y comprobar que las temperaturas eran altas, decide llamar al esposo que ha quedado en la ciudad buscando trabajo.
Manolo, el calor aquí es agobiante, no sé como lo podremos combatir.
No te preocupes amor, yo te llevaré un ventilador.
Gracias cariño, no esperaba menos de ti.
¿Dónde querrás que lo instale?
En la habitación estaría muy bien.
¿No recibirás demasiado aire?
Espero de ti que me cubras.
Amor soy tu mejor manta.
Eso de manta es verdad, porque ¿cuando encontrarás un trabajo?
¿Tú amor no es un poco interesado?
Te equivocas cariño. Interesado es el tuyo, dado que yo pago las cuentas.
Ya ves donde nos conduce un ventilador. Sabes qué, te traeré un abanico de los de antaño, para que te refresques.

viernes, 10 de junio de 2011

VOLVER A LA VIDA

Un transeúnte camino de su trabajo, observó como un hombre desde la parte más elevada del edificio, trataba de poner fin a su vida.  El hecho de pararse para mirar fijamente hacia arriba, hizo que otros viandantes que pasaban por el lugar, detuviesen sus pasos.
Pronto, todos comenzaron a preguntarse, los motivos que impulsaban a aquel ser, a intentar lanzarse al vacío desde la parte superior del edificio.
Después de tres dolorosos días, desde que descubriese la infidelidad de Laura en su propio tálamo, Danton había intentado huir de aquellas imágenes, sin conseguirlo. Su cerebro bloqueado y angustiado, no le permitía encontrar esperanza alguna a su traicionada vida.
Al amanecer, había subido al terrado para lanzarse al vacío. Sin embargo, una fuerte tiritona en sus piernas, sólo le había permitido acercarse al borde, donde se encontraba paralizado.
Miró hacia abajo y percibió una multitud expectante, mientras, que las sirenas de los bomberos y policía tronaban por el espacio. Debía tomar fuerzas para hacerlo y cerró los ojos.
En ese momento notó, cómo una fuerza externa lo lanzaba al vacío. Sin embargo, su descenso se producía de una manera pausada, como una pluma cuando cae desde lo alto.
En su caída por la fachada, fue viendo a través de las ventanas de los diferentes pisos del edificio, la vida de sus vecinos en su parte más íntima. Apreció una inmensa cantidad de dramas familiares. Algunos vecinos como los del décimo, ahogaban sus penas en las botellas de licor desparramadas por la habitación. La viuda del noveno, mantenía relaciones incestuosas con su hijo de quince años. En el octavo, la infidelidad la cometía el hombre.
Al pasar por el séptimo, percibió algo de alegría contenida. Allí vivía un matrimonio mayor. Él se desvivía por atender a su mujer, que sufría un ataque de apoplejía. Continuó su paseo por el espacio hacia el pavimento.
En el sexto y en el quinto, hoy no había nadie. En el cuarto, una joven prostituta acaba su faena con un cliente. En el tercero, una mujer separada despertaba a sus hijos para ir al colegio. Pero, lo hacía feliz y con cariño.
Ya no quiso ver más. Estaba a punto para aplastar su cuerpo contra el asfalto. Sin embargo, en su planear por el espacio, se percató de que todos los dramas que había visto, no habían llegado nunca, hasta la escalera común de los vecinos.
Se dio cuenta, de que su problema formaba parte de la vida. Cada uno en sus circunstancias, tenía un drama al que sólo en momentos determinados, asomaba la luz de la felicidad.
Al ver que tardaba en tocar el pavimento, abrió los ojos y sorprendido, se encontró todavía acurrucado en el terrado, mientras, que por la puerta de acceso al mismo, entraban los bomberos y la policía.
Lo visto le hizo cambiar la perspectiva de la vida. Aquella vida que pretendía abandonar, si valía la pena vivirla.