miércoles, 21 de diciembre de 2011

EL SUEÑO

Matilde, al llegar al hotel, se sorprendió de encontrar a Eloy esperándola.  Después de muchos años de separación, volvieron a pasear por el parque donde había nacido su amor.  Al atardecer, buscaron un banco en la penumbra, y se contaron a grandes rasgos sus vidas.
La ausencia no había hecho disminuir en cada uno de ellos, el amor irrefrenable que subyacía en sus corazones.
Su historia era muy normal: Matilde abandonó Valladolid, cuando a su padre le destinaron a otra ciudad. Enamorada como estaba, lloró todas las noches de su vida, hasta que las lágrimas se agotaron.
Ahora, ya no habría nada que impidiera sus manifestaciones de amor. Al abrazarse, notaron el batear de sus corazones. Matilde creyó que llegaba el momento de entregarse a Eloy.
Pero, los fuertes golpes en la puerta de su habitación, la sacaron del bello sueño que gozaba. 
   

sábado, 17 de diciembre de 2011

EL PERSONAJE

—¡Míreme a la cara, soldado! —gritó furibundo el hombre, acercándose hasta la puerta por donde le dejaban la comida.
—Sí, mi general —contestaron burlonamente desde el otro lado, al tiempo que cerraban la trampilla. 
El hombre cogió el plato de plástico con la escasa comida servida, y sentado en un rincón de su celda, devoró la misma. Acabada esta y con la mano sobre el pecho, comenzó a pasear por los escasos metros de aquella habitación. Sus ojos desprendían un brillo inusual.
Las imágenes de una batalla, a la que él daba el nombre de Waterloo, pasaban por su mente una y otra vez, mientras, una pregunta surgía en su cerebro: ¿Cómo él, considerado el mejor general del momento, podía haber perdido aquella batalla?
El Doctor Marcuse, director del psiquiátrico, no tenía una respuesta pero si la confirmación, de que “Napoleón” había vuelto.   

EL INFORTUNIO

—Ni idea —respondió el hombre un tanto enfadado, mientras miraba aquel trozo de plástico, que había sobre el césped mojado. Con esa respuesta tan escueta, el jardinero respondía a la mujer del bikini rojo, que momentos antes había rodado por los suelos, al patinar sobre el.
El médico que urgentemente la atendió, además de vendarle el pie la recomendó descanso absoluto.
La mujer estaba altamente irritada con el “burro”, que había tirado el plástico en el césped del jardín, ya que esto la privaba, de poder contar a sus amigas a la vuelta de las vacaciones, otra cosa que no fuera el hecho desgraciado que había sufrido. Con este relato sólo obtendría de ellas, una falsa mueca de compasión en vez de envidia.
¿Porqué la gente era tan poco caritativa? Y si les hubiese pasado a ellas, ¿qué pensarían?


jueves, 15 de diciembre de 2011

"LA TIERRA" EN EL PENTATEUCO

INTRODUCCIÓN

A través de los tiempos, muchos se han preguntado del porqué del interés y apego de los israelitas por las tierras que conformaban la antigua Palestina. Con esta pequeña síntesis pretendo recoger aquellos aspectos más importantes, que ayuden a comprender el significado del término TIERRA, en la Biblia y para los judíos.
Al hacerlo, deseo que aquellos que lo lean, tengan un mayor conocimiento sobre el sentido que del mismo hace la Biblia, cuando habla de ella.
Un primer punto sería conocer las expresiones que se hacen de la misma en hebreo.
Así, (Arets) sirve para designar el país en este caso la Palestina del Antiguo Testamento, mientras que (Adamah) se refiere al suelo.


DIMENSION GEOGRAFICA

Toda historia tiene un lugar donde se desarrollan unos hechos. La historia de la humanidad ha tenido como centro una tierra particular, patria de un pueblo al que se le manifestó Dios, con palabras y hechos que se entrecruzan en la Historia.

DATOS Y LIMITES GEOGRAFICOS

La tierra propiamente bíblica, escenario donde se desarrolló esta historia de la salvación, se extiende entre el Líbano al Norte, el Mediterráneo al Oeste, y al sur las regiones desérticas que luego van a formar la península del Sinaí.
Esta tierra particular, es la punta occidental de lo que se le ha dado por llamar convencionalmente, la media luna fértil.
Su superficie alcanza la suma total de 15640 Km2
El territorio se divide en cuatro regiones geográficas:
* La fosa formada por el río Jordán
* La cadena montañosa que corre de norte a sur
* La zona denominada Sefela, está formada en occidente por las colinas que descienden hacia el litoral mediterráneo.
* Y el Negueb, que es la región meridional de las ciudades de Hebrón y Berseba hasta el desierto.

CRUCE DE CAMINOS

La posición geográfica de la tierra bíblica y su modestísima extensión (aproximadamente la provincia de Badajoz) han constituido desde los tiempos remotos un desafío para su supervivencia.
Situada como puente obligado entre Egipto, Asia Menor y Mesopotamia, experimentó a través de los tiempos el influjo de la cultura y religiones de los pueblos de civilización antiquísima, al mismo tiempo que se convertía en víctima predestinada de las ambiciones de poderosos imperios.
Pero a lo largo de milenios y de choques gigantescos, ninguna potencia logró borrar definitivamente de la historia, la tierra elegida por Dios.

DENOMINACIONES BIBLICAS

1- HISTORICAS

a)      En el AT no se encuentra una denominación bíblica fija
b)      En los libros más antiguos se la denomina “tierra de Canaán”, nombre genérico de las poblaciones cuyos habitantes cananeos la ocupaban antes de la conquista israelita.
c)      Durante la monarquía hebrea, la Biblia nos señala “tierra de Israel” recuperando el término antiguo después de la caída (722 a.C)

2- TEOLOGICAS

En virtud del significado y de su diversa importancia en la  historia de la salvación, la tierra asume denominaciones de carácter teológico.

a) La tierra prometida. A falta de un término en hebreo equivalente en la Biblia se expresa con la fórmula  “la tierra que el Señor os dará según ha dicho” ó “la tierra  que ha jurado (Dios) dar a tus padres”.

b) La tierra santa. Lo es para las tres religiones monoteístas, Palestina es por excelencia “la tierra Santa”.
Para los hebreos, donde quiera que Dios se manifestaba, aquél suelo se convertía en sagrado (Gen 28, 16-17; Ex 3 5-6).
Palestina entera es un “santuario” (Ex 15, 17) porque es tierra de Dios. (Is14, 2)
Un hebreo expulsado de ella se veía impedido de honrar a su Dios (I Sam 26,19)

c) La heredad de Dios. Heredad de Yhwh es uno de los nombres más antiguos dados por Israel a su patria.
El término “nahalah” (Heredad) indica más de lo que dice el término jurídico, porque insiste más bien, en la permanencia de la posesión obtenida.
En el oriente antiguo, toda divinidad era considerada dueña de la tierra en que era honrada, por lo cual se denominaba “heredad”.
La tierra de Israel era propiedad de Dios (Jos 22, 19); cuando los israelitas entraron en ella, ocuparon primero la región montañosa que denominaron la montaña de la heredad de Dios (Ex 15,17).
Mas tarde, después de seguir los pasos del Pentateuco, reflejaremos aspectos concretos sobre lo que significaba el usufructo de esta tierra por parte de los israelitas.
El Pentateuco comienza con el don de la tierra terminando en la llanura de Moab a las puertas de la tierra prometida




EL PENTATEUCO Y LA TIERRA

En el principio creó Dios los cielos y la tierra (Gen 1, 1)
Con esta creación, y desde su bondad infinita, Dios prepara un don para ese “ser” que mas tarde creará. Una tierra fértil donde el hombre podrá satisfacer sus necesidades. 
“Hagamos el “hombre” a imagen nuestra (Gen 1, 26)
Sed fecundos…  llenad la tierra y someterla  (Gen 1-22), Dios concede al hombre y a la mujer la posibilidad y la responsabilidad de su dominio.
En su oferta Dios pone al Hombre en un vergel, que sólo debe cuidar y disfrutar del mismo. Puso a éste ser en un jardín del Edén e hizo brotar todo tipo de árboles deleitosos para comer. (Gen2, 8)
Desde la óptica del plan de Dios, éste puso al hombre en una situación privilegiada dentro de toda la creación. Sin embargo esa relación entrañable se ve truncada cuando el hombre pretende erigirse en su propio dueño, creando un código moral propio y olvidándose de su creador.
El hombre no se conforma con ser la criatura y reclama una autonomía moral.
Esta rebelión le supuso perder el estado primitivo que tenía y como resultado convertirse en un ser finito. Donde la Muerte física y la pérdida de la familiaridad divina, serían las consecuencias más graves.
Tras la caída, el suelo fructífero de esa esta tierra que no necesitaba más que un cuidado, se le vuelve árida y tiene que luchar para sobrevivir. (Gen 3, 4)
Con la expulsión del paraíso el hombre sufrirá la nostalgia de lo que tenía y que por su culpa perdió.
Mas tarde, entra la envidia en la vida del ser humano y esta tierra se tiñe de sangre. Caín mata a Abel (Gen 4, 8)
Ante la continuidad por parte del hombre de dar la espalda al Dios creador, y que su actitud era de continua maldad, las aguas invaden la tierra (Gen 7, 1-24)
En una segunda creación nos dice el (Gen 9, 1-17) “que Dios bendijo a Noé y sus hijos: “Sed fecundos, multiplicaros y llenad la tierra.” Y añade al final  “Esta es la señal de la alianza que he establecido entre yo y toda la carne que existe sobre la tierra”. 
La tierra se repobló  “siendo todo el mundo de un mismo lenguaje e idénticas palabras” (Gen 11, 1)
Mas como pretendieran edificar un edificio que llegase al cielo, Dios confundió sus lenguas y los desperdigó por todo el haz de la tierra (Gen 11, 9)

LA PROMESA INICIAL

En la Biblia, la historia de la salvación comienza con la vocación de Abraham, al cual ordena Dios deje su patria Mesopotamia, para dirigirse a una tierra que se le mostrará (Gen 12, 1-2).
“Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre… Y el solicito abandona su lugar para seguir la voluntad del Creador.
Abraham con su sobrino Lot y todas sus familias y sus ganados han de recorrer como nómadas que son, por los diferentes pueblos en busca de alimento y pastos.
La promesa de una tierra para su descendencia la encontramos en (Gen 12, 7)
Si bien antes de obtenerla habrán de pasar por la esclavitud en Egipto para huir hacia la utopía de una tierra que mana leche y miel (Éxodo y Números).
Cuando la hacienda se había multiplicado tanto, de modo que no podía vivir juntos, se separaron (Gen 13, 6)
La promesa divina y la alianza

Abraham recibe de Dios en visión estas palabras: No temas…Tu premio será muy grande (Gen 15, 1)
Le hace la promesa de que tendrá un heredero de sus entrañas y le augura una descendencia tan grande y numerosa como las estrellas del firmamento.
“Yo soy Yahvéh que te saqué de Ur de los caldeos, para darte esta tierra en propiedad…Le reafirma la promesa de la tierra “Has de saber que tus descendientes serán… Los esclavizarán y oprimirán…A la cuarta generación volverán ellos acá.
La alianza se va reforzando y en (Gen 17, 1-8) vuelve Dios a dirigirse a Abraham para asegurarle que le dará toda la tierra por la que anda como peregrino: Canaán.

LA POSESION DE LA TIERRA (Preparación)

Después de seiscientos cincuenta años de la vocación de Abraham, Dios toma la iniciativa para la realización de la promesa.
“Los hijos de Israel fueron fecundos… y la tierra estaba llena de ellos”. (Ex 1,7)
Dios se manifiesta Moisés para ordenarle que libere a los descendientes de los patriarcas de la esclavitud a la cual los había sometido el faraón.
“Yo he descendido para librarles de la mano de los egipcios y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y amplia una tierra que fluye leche y miel. (Ex 3, 8)
No se hace alusión a la promesa de los patriarcas; pero Dios se ha presentado a Moisés como el Dios de Abraham, Isaac y Jacob (Ex 3, 6)
Si bien a Moisés no le estará permitida la entrada en la tierra prometida, si la podrá contemplar desde el monte Nebo, frente a Jericó (Dt 34, 1-4).

LA TIERRA COMO DON DE DIOS

Nuevamente el Creador concede al hombre, pese a sus ingratitudes un nuevo vergel. El don de una nueva tierra donde constituirse como pueblo dedicado a Dios.
Josué será el elegido en esta nueva etapa, para llevar a los israelitas hacia su nuevo hogar.  
En esa conquista Dios mismo está en medio de su pueblo, para realizar maravillas siempre que le sean fieles.   

LA TIERRA EN USUFRUCTO

La propiedad de la tierra tenía una serie de condiciones, que hacía que esta fuese considerada en usufructo. Así los israelitas debían considerarse extranjeros y huéspedes en la tierra de Dios (Lev 25,23) La posesión de un terreno perteneciente a ella, no podía ser enajenado.
¿Qué nos dicen los libros sagrados?
Institución del Año Sabático. La tierra de Dios debía observar reposo, prohibiendo la siembra y recolección. (Ex 23, 10-11; Lev 25, 3-7)
Durante este año de Jubileo, además del reposo de la tierra, aquellos hebreos que habían vendido sus propiedades debían, en determinadas condiciones recuperar su posesión. (Lev 25, 13-17)
Otras leyes recordaban a los hebreos, que su tierra pertenecía a Dios. A él estaban reservados los diezmos de los productos del suelo y las plantas. (Lev 27, 30) En el rito de la ofrenda, el israelita reconocía con solemnidad, que Dios hacía fructificar su tierra (Dt 26, 1-10)
Cada tres años un parte de las cosechas debían ponerse a disposición de los levitas, extranjeros, de las viudas y los huérfanos, a los que Dios alimentaba con los frutos de su tierra (Dt 14, 28-29)
Esta idea subyace en la ley según la cual, en la siega o en la recolección, había que dejar una parte a disposición de los indigentes (Lev 19, 9-10); Levítico II, 5.


martes, 29 de noviembre de 2011

LLAMADA DESDE EL BONILLO

En el Bonillo me contaron de ti...
La noticia sin duda me dolió mucho. No entendí que siendo tan amigas como éramos, no me lo hubieses contado. Además,  ni siquiera me lo podía creer. Tú, la que siempre decías que nunca quedarías embarazada, ahora estaba preñada y sin novio.
Todos durante mucho tiempo te dijimos, que Gabriel era un crápula al que no debías darle ninguna oportunidad. Pero él quería carne y tú se la diste.
¡Y ahora qué! La niña perfecta que se movía por toda la facultad, mostrándonos aquel halo de ángel que poseías ¿cómo lo debes estar pasando en estos momentos        
No es que me alegre, pero recuerda como intenté cortar tus bromas, cuando le ocurrió lo mismo a Helena. Ahora amiga, tienes que apostar por esa nueva vida que llevas en tú interior. No dejes que nadie manipule tus sentimientos, ni que fuerzen la decisión de seguir adelante. Tendrás que sacrificar algunas cosas, sin embargo, poseerás como premio un pequeño tesoro.
Tienes el apoyo de la familia y el de tus amigas más cercanas, con las que siempre podrás contar.

lunes, 28 de noviembre de 2011

EL MILAGRO DE LA NAVIDAD

Los recuerdos suelen acudir a nuestra mente, como los fantasmas cuando estos salen de ronda por los castillos. Hacía algunos años, Daniel había gozado de la existencia privilegiada de un gran triunfador. Cada día, finalizada la jornada de trabajo, brindaba con una copa de vino por la suerte que le había proporcionado la vida. Hasta que un día, el hechizo se rompió.
Aquel fatídico martes, transcurrió el día entre broncas y noticias perturbadoras, sobre la mala salud económica de la empresa. Abatido, regresó a casa antes de lo que era su costumbre. Cabizbajo y ante el silencio que reinaba en el hogar, se dirigió a la alcoba pensando que no había nadie. ¡Maldito momento! Abrió la puerta del dormitorio, y se quedó aturdido. Sobre el tálamo matrimonial Antonia, su esposa, estaba desnuda y gemía de placer bajo el cuerpo de un hombre. Enloquecido por la visión que tenía ante sus ojos, emitió un desgarrado grito de angustia. Ellos en pleno éxtasis de su acción, tardaron en reaccionar. La mujer intentó cubrir su cuerpo con una bata, mientras el extraño, se giró para ver quien osaba interrumpir semejante momento. Luego, tras recoger en una bolsa varios enseres y ropa, Daniel lleno de rabia y decepcionado, abandonó la casa para siempre. Habían transcurridos ya dos años, y todavía hoy le invadían el dolor y la tristeza ante aquellos recuerdos. La traición de la mujer que era su mundo, había sumido su vida en pura miseria.
Ya era tarde, y la oscuridad se cernía sobre el 'Campo Grande'. Daniel buscaba un lugar donde cobijarse, para pasar la noche. En el parque, en las cercanías del pequeño lago había una 'Cascada', y hacia aquel paraje dirigió sus pasos. El lugar sería su refugio nocturno. Entre aquellas rocas que la conformaban, había una pequeña oquedad. Observó que no hubiese nadie en ella, y penetró con los pocos enseres que le quedaban. Sacó de la bolsa donde guardaba sus cosas, una botella de vino. Aquella bebida, sería toda su cena para aquel día. La luna, que lucía con todo su esplendor, iluminó el lugar. Daniel se llevó la botella a los labios y con ansia, dejó que su néctar penetrase en la boca. Dos largos sorbos, hicieron que el hombre se sintiese con una extraña energía. Tumbado sobre el húmedo manto que suponía el suelo de aquella cueva, se dispuso como iba siendo costumbre, a relatarse sus propias desgracias. A lo largo de la noche sufrió tremendas pesadillas. El hambre y el frio, junto con el lugar en el que se había cobijado, cerraban la puerta a cualquier otra esperanza.
Cuando la ciudad comenzó a despertar, recogió sus escasas pertenencias y se fue en busca de una fuente para asearse. Así, comenzaba la rutina diaria de buscarse la vida: con algo de fortuna en el Atrio de Santiago le darían algo para desayunar. Hacia el mediodía, en la puerta del cuartel de Santa Ana, esperaría pacientemente el reparto de las sobras del rancho de los soldados. En su caminar, se fijó en que las calles estaban adornadas. Todavía algunas de ellas, mantenían las luces de colores encendidas, y esto le recordó la proximidad de la Navidad. Sin embargo, para él no dejaban de ser un día más en su vida. Vagaría por las calles de la ciudad, hasta que al atardecer, volvería de nuevo a buscar un lugar donde pasar la noche. ¡Qué lejos estaba de pensar, que su vida podía cambiar!
Al ir a cruzar la calle, para dirigirse hacia el Atrio, no se percató de la proximidad de un vehículo. Este se le echó encima, y lo lanzó como un fardo contra un árbol. La conductora bajó de inmediato del coche, para prestarle auxilio. Viendo que Daniel tenía una pierna fracturada, hizo llamar a una ambulancia para trasladarlo al hospital. Después de enyesarle la pierna y dado que tenía varios hematomas, los médicos dispusieron que pasase dos días en observación. Cuando le llevaron a la habitación, Daniel se encontró con una mujer de mediana edad, rostro agradable, que vestía elegantemente. Ésta con voz cariñosa y timbrada, se interesó por él. Era la conductora que le había atropellado. El indigente escuchaba aturdido. Después de tanto tiempo de sufrir el desprecio de la gente, ahora, aquella mujer se mostraba compasiva por el daño que le había causado, y además pretendía repararlo. Se sintió emocionado. Pasados los dos días le dieron el alta y se dispuso a salir del hospital. Sin embargo, se encontró con que sus harapos habían desaparecido. Antes de que pudiera reclamarlos, entró la enfermera con una bolsa, que además de ropa nueva, contenía objetos para el aseo. Le dijo, que una señora lo había dejado para él. Con algunas dificultades se vistió. Luego, le pareció estar dispuesto a enfrentarse nuevamente con la vida. Una enfermera tomó sus cosas y le acompañó hasta la salida. Allí para su sorpresa se encontró de nuevo con Eva, la conductora.
—Siento todo el daño que le he causado. Me gustaría, que hasta que usted esté en condiciones, se aloje en mi casa. Allí podrá ser atendido por los médicos y yo me sentiría mejor.
—Señora, no se moleste. No fue culpa suya, y ya hecho suficiente. Le estoy muy agradecido por la ropa.
Al hacer intención de andar, las piernas le fallaron y cayó al suelo. Los ojos de Daniel se nublaron. Las lágrimas recorrían los surcos de su cara, al sentir la impotencia de no poder valerse por sí mismo. Eva con todo el cariño y ayudada por su chofer, le condujeron sin darle opción hasta el coche. Ambos permanecieron en silencio durante el viaje. Cuando llegaron a la casa, Daniel se quedó boquiabierto. Tenía ante sí una gran mansión. De ella salieron dos sirvientes, dispuestos para ayudarle a bajar del coche y luego lo trasladaron al interior de la casa. Mientras, Eva recogía los escasos enseres de Daniel que le había dado la enfermera.
En el comedor había una gran mesa, preparada para una celebración. La estancia se encontraba adornada con luces de colores, y sobre una gran repisa se hallaba instalado un belén. Entonces recordó que era Navidad. Eva le miraba con sus ojos marrones almendrados, que hablaban de algo más que de caridad. Él cojeando se acercó a ella, y sin saber cómo, dejó en sus mejillas sendos besos de gratitud. A la comida asistieron, familiares, amigos y empleados de la casa. Cuando la fiesta estaba a punto de darse por finalizada, Eva se acercó a Daniel y le ofreció una de las dos copas que llevaba en la mano. Éste levantó su copa y mirando aquellos hermosos ojos la dijo:
—Gracias a ti, hoy he vuelto a creer en el milagro de la Navidad —y esta vez con cariño, la volvió a besar.



domingo, 6 de noviembre de 2011

LA MUERTE, ESA SEÑORA

Como todos los años, durante la jornada del dos de noviembre, hemos celebrado el recuerdo de nuestros familiares y amigos difuntos. Cada uno lo ha hecho de la forma que consideraba más oportuna. Unos, han acudido a los cementerios a poner flores en las tumbas, de los que fueron sus seres queridos. Otros, han ofrecido oficios, misas y plegarias por sus almas, y el resto de seres vivientes, han recordado hechos concretos vividos con el fallecido, durante su estancia común en esta vida.
Ismael, sentado ante la tumba de su novia, meditaba este hecho. Para él, era raro el día que no se cruzaba con la Señora. Veía a sus convecinos que en su caminar por la vida, pasaban por el lado de ésta sin apenas mirarle la cara. No era de extrañar. La sociedad actual pretendía ocultarla, haciendo como si esta no existiese, y sin embargo, jamás había estado tan presente. 
La Muerte, esa Señora, en su vagar día y noche, recogía a cuantos por una circunstancia u otra acudían en su busca. A veces, alguno había pretendido huir de ella, y al hacerlo ha resultado, que su refugio era el lugar natural donde la muerte le tenía que encontrar.
Nacemos, pero al hacerlo ya caminamos a su encuentro. Cuando alguien muere, a veces escuchamos que “la muerte ha ido en su busca” y no es así, ya que es nuestra naturaleza guiada por una secuencia no visible, la que nos conduce hacia el final de nuestra existencia.


miércoles, 26 de octubre de 2011

EL PROFESOR Y LA LEYENDA

 ¡Riiiiiiiiing…! el repiqueteo estridente de aquel timbre, inundó durante un rato todo el recinto escolar. Su sonido fue llegando hasta el aula más alejada. Era el aviso, con el que se ponía punto final a las clases de aquel trimestre. Aurelio tuvo que hacer un esfuerzo, para que sus alumnos le prestasen un momento de atención.
— ¡Haber chicos!, una última cosa. Mañana, tal como estaba previsto, iniciamos la salida de tres días a la Garrotxa. Recordar, que sólo debéis llevar lo imprescindible para estas jornadas, y por favor, sobre todo ser puntuales.
No tardaron los chicos al igual que otros años, en demostrar la inmensa alegría que les suponía la última clase de aquel período. Para ello abandonaron el aula tumultuosamente.
Cuando la clase quedó totalmente vacía, Aurelio recogió los libros y cuadernos que había encima de la mesa, guardándolos dentro del armario. Luego, cerró el aula y se dirigió a la sala de profesores, dónde estuvo un rato departiendo con Sara y Carlos, compañeros que le darían apoyo en la excursión.
Ya en su casa, se dispuso a repasar el programa del viaje. Cuando creyó tenía todo bajo control, dio por finalizado su trabajo del día. Sin embargo, recordó que antes debía mirar el correo.
Se conectó a Internet. Una vez repasado los mensajes y viendo que todavía era temprano para acostarse, intentó encontrar alguna documentación de apoyo, para la tesis que estaba preparando sobre 'El alcohol y la juventud'.
En su recorrido por la web, visitó varias páginas hasta que una de ellas llamó su atención. Era una leyenda de la que jamás había oído hablar. Imprimió el texto y se lo llevó a la habitación para leerlo. Ya en la cama, satisfizo su curiosidad. Se trataba de una historia de amor, pasión, locura y muerte. Pero el cansancio pudo con él y se quedó dormido.
A las siete de la mañana, como cada día, sonó el despertador. Sobre la cama, encontró los papeles de la noche anterior, y los añadió al corto equipaje que llevaba. Sus alumnos ya le esperaban al pie del autocar.
Cuando le vieron llegar, todos corrieron a su encuentro. Con este gesto le mostraban su aprecio, a cambio recibían de él su entera dedicación.
Subieron al vehículo, y el conductor lo puso en marcha en dirección a la Garrotxa, punto de destino. Aurelio dejó que sus compañeros, Carlos y Sara, explicasen el programa que tenían preparado. En el fondo, se trataba de aprender a convivir con los compañeros, lejos del aula.
Los tres profesores a lo largo del trimestre, habían preparado juegos divertidos y canciones de lo más diversas. El programa entusiasmó al grupo, por lo que al terminar la explicación aplaudieron con gran revuelo.
Al cabo de un rato, el autocar se llenó de sonidos musicales y armoniosos. Por un lado las voces de los chicos, por otro, la ejecución de Sara con la guitarra. A mitad del camino, hicieron una breve parada, que sirvió a todos para estirar las piernas.
Una vez en la casa de colonias, los tres profesores tuvieron que esforzarse para que les hiciesen caso, pues estaban totalmente alborotados. Los distribuyeron de acuerdo con la capacidad de las habitaciones.
La mayoría eran de seis. Procuraron eso sí, evitar el poner juntos aquellos que eran más conflictivos. Una vez alojados, bajaron al comedor donde les sirvieron una frugal comida. El resto de la tarde quedó libre de cualquier actividad controlada. A las nueve de la noche tendría lugar la cena y después de ésta, llegaría el momento del esparcimiento en el salón.
Aurelio se dedicó a preparar los elementos necesarios. Terminada la preparación y sabiendo que Sara y Carlos estaban al cuidado del grupo, se retiró a su habitación. Mientras colocaba su ropa y enseres en el armario, se encontró de nuevo con la leyenda. La volvió a releer sin sospechar siquiera, que aquella historia le iba a dar mucho juego con los chicos.
Poco antes de las ocho, se reunió con los otros profesores. Pusieron a punto el plan de trabajo y se dirigieron al comedor. A la hora prevista los chicos se encontraban ya en la mesa. Sin embargo, se dio cuenta de que faltaba Daniel. Se dirigió a los compañeros de habitación de éste, y les preguntó:
— ¿Dónde está Daniel?
Los cinco compañeros casi pisándose las palabras, le dijeron que no se encontraba bien. Aurelio subió en su busca y se encontró al joven vomitando. El olor que se percibía en la sala era insoportable. Sin duda, estaba delante de la primera borrachera del chaval. Éste notó la presencia de Aurelio, y comenzó a gimotear a la vez que reía.
En el cuarto de baño encontró varias toallas y con ellas, el profesor le limpió la cara y con sumo cuidado le recostó en la cama. Viendo que el vómito continuaba, bajó a la recepción, donde consiguió del conserje una palancana y más toallas. Llamó a Sara y le pidió que de la cocina le subiesen un café cargado. Él volvió con Daniel.
Cuando subió Sara, se encontró a Aurelio hablando con el chico. Le reprendía suavemente, mientras éste le atendía aturdido y avergonzado.
Entró y acercó la taza de café a Daniel. Éste, les contó balbuceando, que hacía tres días sus progenitores se habían separado. Él no llevaba bien la ausencia de su padre, por lo que en venganza, había decidido emborracharse. Estuvieron hablando con el muchacho un buen rato, y cuando vieron que se encontraba estabilizado, bajaron al comedor. Los alumnos al verlos entrar, quisieron saber como se encontraba su compañero.
Ellos contestaron que bien, pero que todos debían continuar cenando. Pusieron a Carlos al corriente de lo ocurrido, mientras ellos tomaban el primer plato. Aurelio propuso a sus compañeros de docencia, cambiar el programa de la noche. Lo ocurrido, le había dado una idea para responsabilizar a los muchachos sobre el consumo de alcohol. Éstos estuvieron de acuerdo.
Ya en el salón de juegos y con todos ocupando su sitio, les explicó como habían encontrado a Daniel y el porqué de su estado; eso sí, en todo momento evitó comentar, que el motivo era la separación de sus padres.
—Hace unas horas, después de repasar las reglas del juego que os íbamos a proponer para esta primera noche, intenté a través Internet encontrar información para una tesis que estoy haciendo. Allí encontré una página que despertó mi curiosidad. El título de la misma: 'En el vino está la verdad'. Creo que lo sucedido bien merece, que os relate la leyenda que la acompañaba.
La historia proviene del medio oriente, concretamente del Imperio Persa.
<<Cuentan que entre los años 4000 y 3000 a. C. había un rey muy goloso del sabor de las uvas (“sirah”) que de diferente color y fragancia allí crecían. El monarca ordenó a sus sirvientes, recogerlas y guardarlas en ánforas dentro de las habitaciones más frescas del palacio, para disponer siempre de ellas.
Las uvas, encerradas en las vasijas, comenzaron a fermentar y su carbono sobrante, a ser despedido hacia el exterior. Pronto, de aquellos cuartos comenzó a salir un olor extraño, que al tener poco escape, quedaba concentrado en sus alrededores. Sin saber como, las gentes del pueblo se enteraron, y comenzaron a rumorear que su rey guardaba veneno en unos recipientes.
Zulima era una cortesana del harén, que no hacia mucho había sido expulsada del mismo, al perder el favor de su soberano. Agobiada por la tristeza, decidió suicidarse.
Para cumplir su propósito, sólo necesitaba del veneno que según los rumores, el monarca guardaba en las habitaciones donde se almacenaban las uvas. Ya en el lugar, vio como un líquido espeso expedía un olor, que en nada se parecía a la dulzura de la uva. Zulima se tomó el líquido de las uvas fermentadas, pensando que era el veneno que acabaría con su vida.
Al beber un sorbo de aquel brebaje, comenzó a notar flojedad en sus piernas, mientras, que una risa un tanto histérica la invadía. Al tiempo notó, como su corazón rebosaba dentro de ella.
El rey enterado de la decisión de la princesa, bajó hasta el depósito en su búsqueda. Encontró que la muchacha no estaba muerta, sino todo lo contrario, danzaba alegremente, por el espacio libre que quedaba entre las ánforas.
La joven con una jarra llena de aquella pócima, se le acercó y le ofreció la bebida. Éste al ver la felicidad de la cortesana, no pudo contenerse y decidió probar aquel néctar que resultó ser licor. El soberano tal como hacía Zulima, comenzó a bailar y cantar. Danzaron, rieron y se entregaron nuevamente el uno al otro, recuperando así su viejo amor.
Descubrieron con su actitud, que la pócima lejos de ser un veneno, era una bebida espirituosa que causaba mucho bien, tanto al sentido del gusto, como del alma>>
Acabado el relato se hizo un silencio entre los jóvenes. El profesor les dio un respiro para que asimilaran la leyenda.
—Aurelio —dijo Gerardo uno de los alumnos más aplicados de la clase —Sí como dicen, el vino es tan malo para la salud ¿cómo podemos interpretar esta historia? Daniel se ha emborrachado, ¿dónde está la verdad?
—Vamos por partes. Daniel ha cogido una borrachera de novato. Ante un problema personal, ha optado por beber hasta la saciedad para olvidar. Es probable que no vuelva a probar el vino en mucho tiempo, por la mala experiencia que le ha supuesto. Pero sobretodo, lo que ninguno de nosotros debe hacer, es considerarlo por este hecho un borracho. Debemos ser comprensivos.
Volviendo a la historia, es un relato de amor que contiene un problema parecido al sufrido por Daniel. Los dilemas que surgen en la relación entre individuos, a veces provocan situaciones de desesperación (motivo que en alguna circunstancia llevan a beber). Zulima, era rechazada por su rey y expulsada del harén.
Al beber no perseguía recuperar el amor de su soberano, sino llegar al suicidio. Lo que sucedió, es que la bebida le produjo una reacción de euforia, que la llevó más allá de la situación que estaba viviendo, pero que era ficticia. Una vez que desaparezcan los vapores etílicos, volverá a la realidad.
El rey, viendo a la mujer que tiempo atrás había amado tan llena de alegría, deseó compartir su felicidad y aceptó beber. El relato nos está ofreciendo un final precioso, dado que ambos recuperan su amor. Pero no siempre es así. En muchos casos, el problema continuará existiendo y la borrachera sólo lo aplazará.
Ante el silencio de los chicos prosiguió.
—El vino desinhibe al que lo toma, y le permite, al no tener un control de la realidad, decir cosas que aún siendo verdad, no son políticamente correctas expresar en algunas ocasiones. Incluso, puede llevar a tomar decisiones poco razonadas. La vid existe desde tiempos remotos, y así lo vemos relatado en la Biblia. Hasta el propio Noé sufrió una borrachera. Por eso debemos ser cautos en su consumo. Ni que decir que produce alegría, y por eso es la bebida favorita en cualquier fiesta. Dicen, 'que en él está la verdad'. Pero no debemos perder de vista la realidad. Si nos extralimitamos en su consumo, lo que hacemos es causar un daño, unas veces a nosotros mismos, y otras a los que nos rodean.
Del final de la sala se levantaron los compañeros de habitación de Daniel. Se acercaron a Aurelio y avergonzados, le entregaron unos botellines pequeños de licor que llevaban. Los profesores admiraron la valentía de aquellos muchachos.
—Chicos, agradezco que os hayáis dado cuenta a tiempo. Ya hemos tenido bastante con lo ocurrido. Esto ahora, no es importante en vuestra vida. Ya tendréis tiempo de saborear su néctar, pero, cuando vuestra capacidad física y de control os lo permita. Ahora, debemos todos ir a dormir. Mañana tenemos trabajos importantes que hacer. Sobre todo, cosas que ayudan al cuerpo y al espíritu.
Los chicos fueron abandonando la sala, para dirigirse a sus habitaciones. Cuando estuvieron solos, Sara sonrió a sus compañeros y dirigiéndose a Aurelio le dijo:
— ¡Ojala!, hubiese tenido un profesor como tú cuando era joven. Daniel se acordará de ti toda la vida. 
Ya en su habitación, Aurelio pensó en las palabras de Sara. ¿Pero no era esa su misión? Ante la separación de sus padres, el chico consideró en su disgusto, que ambos progenitores le habían fallado.
Daniel necesitaba, que alguien estuviera a su lado cada día, hasta que asimilara y entendiera, que la separación de sus padres no era en contra suya. Su trabajo con el muchacho, debía consistir en ayudarlo a recuperar la fe en sus progenitores, sin menoscabo de su labor de docente. Deseó con todas sus fuerzas, que la historia que había relatado, les resultase útil para enfrentarse con la vida. Tal vez, Sara tuviese razón y Daniel se acordase de él en el futuro.
Sin embargo, unos nubarrones cruzaron su mente. Su pensamiento recuperó las imágenes de cinco años atrás, cuando él, al ser abandonado por Amelia, cayó en la bebida. Sólo el amor de su madre y los cuidados generosos de Gerardo, el monitor del centro de desintoxicación, le ayudaron a salir del pozo en que había caído. Esa era la causa por la que ahora, dedicaba su tiempo a la tesis, sobre “El alcohol y la juventud"

miércoles, 5 de octubre de 2011

DOY POR TERMINADA MI AUSENCIA

Ha sido un verano largo y no porque haya alargado las vacaciones ni por los viajes efectuados. Suele ocurrir como dice el dicho: El hombre propone y Dios dispone. Así que materialmente no me he movido de la ciudad y sin embargo, me ha faltado tiempo para escribir.
Recupero la normalidad entre comillas, y os comunico que Kit-Book acaba de hacerme llegar el libro titulado:  RELATOS/VOLTEA/POEMAS
Como el título indica, se trata de relatos y poemas de un colectivo de escritores y en el que se encuentra el relato "EL PROFESOR Y LA LEYENDA" de mi autoría.
Se ha editado en papel y E-book y la dirección de correo si alguien está interesado en su adquisición es:
kit@kit-book.net

miércoles, 24 de agosto de 2011

EL REGRESO

Valladolid - Campo Grande.
Los andenes de la estación estaban aquella mañana, envueltos por una espesa niebla, cuando el tren expreso entró en ella. Su negra máquina escupía por los laterales, la blanca nube de vapor que emitía para frenar. Viajeros y acompañantes se esforzaban, por encontrar a sus familiares y amigos.
Del segundo vagón bajó un anciano. Con curiosidad miró a su alrededor, aun sabiendo  que no le esperaba nadie. Con paso cansino se dirigió a la salida. Al poco rato de haber abandonado la estación, tuvo la sensación de ser observado desde la distancia.
Pronto supo del porqué de aquella sensación. No muy lejos de la estación contempló la impasible estatua de Colón. Sí, ya lo sabía, era tan solo una estatua inerte, pero sintió como si esta le hubiese reconocido. La volvió a mirar y creyó ver entre la niebla, que la estatua mostraba una leve sonrisa.
Muchos años atrás, aquel había sido el lugar favorito de Teresa y el suyo. Allí, comenzaron a compartir juegos durante las noches veraniegas, mientras que los padres de ambos, intentaban aliviarse del sofocante calor. Luego, llegarían las confidencias, y más tarde, acabarían enamorándose el uno del otro.
Pero la vida les deparaba otros destinos. Teresa abandonaría Valladolid tras sus padres, y él acabaría marchando a Marín donde ingresó en la academia de la marina.
Desde su marcha había andado por muchos caminos. Todos ellos habían llenado su vida y dejado una huella imborrable, sin embargo, en el fondo de sí mismo, sólo tenía una idea: recuperar la memoria de aquellos tiempos.  
Valladolid era su ciudad. Nunca había podido olvidar sus calles y monumentos; por eso ahora en el final de su camino, había decidido volver.
Se dirigió hacia el Campo Grande. Este guardaba entre miles de historias, las de un chaval que comenzaba a desgranar su vida. Pese a que la niebla, no permitía observar las imágenes de aquel parque, él las intuía. Su corazón latía con fuerza, tal vez con demasiada, pero no podía parar.
Dominado por la añoranza de aquellos tiempos, llegó a la Plaza de Zorrilla. Nuevamente tuvo la sensación primera de ser observado. ¿Le habrían reconocido?
Caminó por la calle Santiago hacia la Plaza Mayor. Al llegar allí se sintió fatigado, y viendo que la niebla daba paso a un sol incipiente, se sentó en uno de los bancos. Se quedó dormido y el sueño le trasladó, a una de las páginas de la historia de aquella ciudad.
“Corría el año 1559. En aquel mismo lugar, estaba concentraba en sus estrados, gran parte de la población de la villa. Se celebraba el auto de fe contra el doctor Cazalla y su familia. Una vez oídas las partes, el tribunal inquisitorial procedió a la lectura de las sentencias. Alguna no fue del agrado del público y este reaccionó con griterío. Luego, en el quemadero de la ciudad, con el crepitar de las llamas y los gritos de los ajusticiados, se dio cumplimiento a la sentencia. La leve brisa del momento, llenó de olor las calles de Valladolid”
La noche ya había caído sobre la plaza, cuando un agente municipal viendo que el anciano no se movía, se acercó a él y tocándole el hombro le dijo:
—Señor ¿se encuentra bien? —La única respuesta que hubo, fue el deslizamiento del cuerpo inerte sobre el asiento del banco.
Aquel corazón envejecido por la añoranza, no había podido soportar por más tiempo, la emoción de su regreso.

lunes, 25 de julio de 2011

LA NOCHE DE ÁNIMAS

La noche había caído sobre la masía y sus campos. En la casa, una vez recogidos los animales en las cuadras, la familia se dispuso a cenar. Un viento un tanto sombrío, azotaba las ventanas y los primeros relámpagos, iluminaron hasta los más lejanos campos de la propiedad.
Finalizada esta y como era costumbre, la familia se preparó para rezar el rosario alrededor de la mesa. Los truenos eran cada vez más amenazantes, y en ocasiones vieron a través de las ventanas, caer algún rayo sobre el bosque cercano.
Finalizado el rezo, los miembros de aquella familia se dirigieron a sus habitaciones para descansar. El padre, después de comprobar que las cuadras se encontraban cerradas, se retiró a la suya.
Cercana la medianoche, el ruido de la tormenta y de los cascabeles de una mula, despertaron al campesino. El ruido procedía del exterior de las caballerizas. Ante el temor de estar siendo robado, el dueño armado con una escopeta de caza y acompañado del hijo mayor, salieron en busca del animal.
La cuadra permanecía cerrada tal como la dejara, sin embargo, parecía que un animal girase alrededor de la casa, aunque no se viese ninguno. De pronto, se oyó un grito angustioso, mientras que de inmediato cesaba el ruido de las campanillas. En el fondo de una zanja, encontraron al hijo menor de la familia, que con el cabezal y los cascabeles puestos alrededor del cuello, era el animal perturbador de aquella noche de ánimas.

Este relato ha sido seleccionado como semifinalista en el Concurso La Cesta de las Palabras



domingo, 24 de julio de 2011

RECUERDOS DEL AYER

Lola extendió la toalla, sobre la fina arena de la playa. Luego, mientras depositaba su ropa y bolso sobre ella, las imágenes de un tiempo no muy lejano, volvieron a sus ojos. Todo, hasta el caluroso sol que cubría el lugar, se lo recordaba.
Seguía sin entender porque él la había dejado.
A su alrededor, grupos de familias, parejas, chicos y chicas, que intentaban pasar un alegre día, al tiempo que aliviaban el sofocante calor. 
— ¡Cariño! —oyó que decía un hombre.
Y ella giró la cabeza en su búsqueda. Sin embargo, no era Gabriel. Él seguía estando en ella.

lunes, 4 de julio de 2011

LA FELICIDAD

La felicidad es un deseo inherente al ser humano, que se cumple en escasas ocasiones. La escasez de esos momentos, nos pueden dar la misma sensación, que produce una estrella fugaz en el firmamento.
Sólo aquellos, que alcancen la plenitud en el amor y en pleno uso de su libertad, gozarán de la verdadera felicidad. Sin estos dos ingredientes, es imposible soñar si quiera con alcanzarla.

domingo, 3 de julio de 2011

RESEÑA LITERARIA

Título: RECUERDOS DE OTRA VIDA
Autora: MARY HIGGINS CLARK

Emily, ayudante del fiscal del condado de Bergen, recibe el encargo de llevar ante el tribunal al agente teatral Gregg Aldrich, acusado del asesinato de su esposa, Natalie Raines (actriz).
Para los amantes de la literatura policiaca y judicial, tienen ante si una trama bien construida.
Gregg, el esposo desconsolado, tiene todas las posibilidades de ir a la cárcel a cumplir una condena de cadena perpetua. La fiscal recaba todas las pruebas para condenarlo, y estas una vez reunidas, apuntan a su participación  en el asesinato.
Sin embargo, acabado el juicio y aún pendiente de la sentencia, salen a la luz otros aspectos que hacen que Emily, la ayudante del fiscal y acusadora en este juicio, albergue cada vez más dudas, sobre la forma en que se han obtenido algunas de las pruebas.

viernes, 24 de junio de 2011

EL PODER DE LA PALABRA

Cuando inicié la publicación de la bitácora “El contador de Historias”, uno de los apartados que tenía intención de abrir, era el de poder comentar algún que otro libro de los que pudiese leer.
No ha sido fácil encontrar el momento, ya que otros aspectos han ocupado gran parte de mi tiempo. Hoy estoy en disposición de acercaros uno de ellos.
“LIBROS DE LUCA” autor Mikkel Birkegaar. Nació en Copenhague en 1970
En la contraportada del libro figura la siguiente inscripción:
<<Sin lectores, los textos no dicen nada. Necesitan de, al menos, un lector. Entonces seguramente hablan. Y cómo… No sólo hablan, también susurran, algunos incluso gritan>>
Las páginas de este libro, nos cuentan una hermosa historia referida a los libros y la fuerza que tienen las palabras.
Según el autor, con cada lectura incorporamos al texto nuestra experiencia y comprensión del mismo, consiguiendo una carga de su contenido.
El lector, con la cadencia de su lectura, asume la letra que sus ojos están leyendo, y la transforma en una imagen cual película.
Sin embargo, como en todas las cosas de esta vida, siempre hay alguien que desea transformar esa fuerza, para su uso personal.
Un abogado, que hereda una antigua librería a la muerte de su padre, y un magnate al que le persigue la justicia por sus actos ilícitos, más la dependienta lectora de la librería, son los personajes claves de esta inquietante historia.

jueves, 16 de junio de 2011

DIÁLOGOS DE VERANO

Todavía hoy día, cumpliendo con la tradición, algunas esposas acompañadas por la prole, se instalan en las casas de veraneo, tan pronto los hijos comienzan vacaciones en el colegio. Una de ellas, al llegar al lugar y comprobar que las temperaturas eran altas, decide llamar al esposo que ha quedado en la ciudad buscando trabajo.
Manolo, el calor aquí es agobiante, no sé como lo podremos combatir.
No te preocupes amor, yo te llevaré un ventilador.
Gracias cariño, no esperaba menos de ti.
¿Dónde querrás que lo instale?
En la habitación estaría muy bien.
¿No recibirás demasiado aire?
Espero de ti que me cubras.
Amor soy tu mejor manta.
Eso de manta es verdad, porque ¿cuando encontrarás un trabajo?
¿Tú amor no es un poco interesado?
Te equivocas cariño. Interesado es el tuyo, dado que yo pago las cuentas.
Ya ves donde nos conduce un ventilador. Sabes qué, te traeré un abanico de los de antaño, para que te refresques.

viernes, 10 de junio de 2011

VOLVER A LA VIDA

Un transeúnte camino de su trabajo, observó como un hombre desde la parte más elevada del edificio, trataba de poner fin a su vida.  El hecho de pararse para mirar fijamente hacia arriba, hizo que otros viandantes que pasaban por el lugar, detuviesen sus pasos.
Pronto, todos comenzaron a preguntarse, los motivos que impulsaban a aquel ser, a intentar lanzarse al vacío desde la parte superior del edificio.
Después de tres dolorosos días, desde que descubriese la infidelidad de Laura en su propio tálamo, Danton había intentado huir de aquellas imágenes, sin conseguirlo. Su cerebro bloqueado y angustiado, no le permitía encontrar esperanza alguna a su traicionada vida.
Al amanecer, había subido al terrado para lanzarse al vacío. Sin embargo, una fuerte tiritona en sus piernas, sólo le había permitido acercarse al borde, donde se encontraba paralizado.
Miró hacia abajo y percibió una multitud expectante, mientras, que las sirenas de los bomberos y policía tronaban por el espacio. Debía tomar fuerzas para hacerlo y cerró los ojos.
En ese momento notó, cómo una fuerza externa lo lanzaba al vacío. Sin embargo, su descenso se producía de una manera pausada, como una pluma cuando cae desde lo alto.
En su caída por la fachada, fue viendo a través de las ventanas de los diferentes pisos del edificio, la vida de sus vecinos en su parte más íntima. Apreció una inmensa cantidad de dramas familiares. Algunos vecinos como los del décimo, ahogaban sus penas en las botellas de licor desparramadas por la habitación. La viuda del noveno, mantenía relaciones incestuosas con su hijo de quince años. En el octavo, la infidelidad la cometía el hombre.
Al pasar por el séptimo, percibió algo de alegría contenida. Allí vivía un matrimonio mayor. Él se desvivía por atender a su mujer, que sufría un ataque de apoplejía. Continuó su paseo por el espacio hacia el pavimento.
En el sexto y en el quinto, hoy no había nadie. En el cuarto, una joven prostituta acaba su faena con un cliente. En el tercero, una mujer separada despertaba a sus hijos para ir al colegio. Pero, lo hacía feliz y con cariño.
Ya no quiso ver más. Estaba a punto para aplastar su cuerpo contra el asfalto. Sin embargo, en su planear por el espacio, se percató de que todos los dramas que había visto, no habían llegado nunca, hasta la escalera común de los vecinos.
Se dio cuenta, de que su problema formaba parte de la vida. Cada uno en sus circunstancias, tenía un drama al que sólo en momentos determinados, asomaba la luz de la felicidad.
Al ver que tardaba en tocar el pavimento, abrió los ojos y sorprendido, se encontró todavía acurrucado en el terrado, mientras, que por la puerta de acceso al mismo, entraban los bomberos y la policía.
Lo visto le hizo cambiar la perspectiva de la vida. Aquella vida que pretendía abandonar, si valía la pena vivirla. 


jueves, 26 de mayo de 2011

EL ACTOR Y SU MONÓLOGO INTERIOR

Hoy, todo me ha hecho pensar, que no tendré un buen día para salir a escena. Me he maquillado en un momento, pero la expresión de mi rostro que he visto reflejada en el espejo, no era la imagen de otros días.
Al ir a repasar los cinco primeros minutos de la obra, me he atascado, y eso me ha producido un ataque de pánico. Nervioso como estaba, he notado como mis pulsaciones se disparaban, y el corazón ha comenzado a bombear como la bomba del coche de los bomberos, en plena acción de sofocar un incendio.
De pronto, han acudido a mi memoria hechos ocurridos durante la niñez. La imagen de un niño, que estaba rodeado de fuego por todos los costados, mientras, que a su lado un anciano, recogía las migas de pan caídas sobre su servilleta.
El ruido de las sirenas me aturdían. En los cristales de las ventanas se volvían a reflejar los destellos, que emitían las luces de los furgones, mientras, que las llamas se precipitaban rapidamente por la fachada del edificio. De uno de los pisos altos, saltó un hombre al vacío.
Para calmar mi ansiedad, recogí con mi dedo índice las migas de las sobras de la cena, que habían quedado en el plato que hay sobre la mesa.
El timbre llamando a escena, está irrumpiendo con fuerza en el camerino. Volví mis ojos hacia las migas de las sobras, mientras, que mi índice las aglutina para recogerlas. Sin embargo, estas se resistían y multiplicaban.
El ruido de las pisadas sobre la plataforma, (esta conducía a los actores al escenario) indicaba, que los compañeros estaban preparados, para iniciar la función.
Sin embargo, yo me he sumido en un bloqueo, al contemplar como un bosque de llamas rojas, se extendían por el camerino.
En mi mano derecha, un encendedor. El índice de la izquierda, recogiendo migas del plato, al tiempo que el timbre de escena me anunciaba, que había comenzado la función.