Querida mamá:
Va para catorce semanas, que habito dentro de tu seno. Estoy deseando poderte abrazar, para agradecerte todo lo que supone para mi, que me hayas concebido.
Sin embargo, estoy un poco triste, porque sin oír y entender tus palabras, creo no soy esperado con alegría. Tu sonrisa ha desaparecido de tu rostro, y tus pensamientos están tan alejados de mi, que pienso que estás dando vueltas a como evitar mi presencia.
Mamá, recuerda que yo no te pedí que me concibieras. Además, no he hecho nada para merecer, que ahora quieras ahogar esta vida que comienza, y que seguro en el futuro te dará muchas alegrías.
Me gustaría que antes de que tomes una determinación, pienses en lo que opinarías de tus padres, si estos se hubiesen planteado la misma cuestión sobre ti.
Recuerda cómo disfrutaste la noche que me concebiste ¿Fue una noche feliz para ti? ¿Por qué ahora quieres privarme mi felicidad?
¿No te gustaría abrazarme? ¿Mi rostro de bebé, no alegraría tu cara?
Mis llantos te acongojarían, sí, pero mis risas y caricias te llenarían de gozo si pudiese dártelas.
¿Qué te preocupa? Renunciar a algunas cosas no es el fin del mundo, lo verás compensado cuando mis manos jueguen con tu cabello.
Puedes pensar que voy a trastocas tu economía, sin embargo, habrás oído decir, que los niños llegamos a este mundo con un pan debajo del brazo. Pero aún, si así no fuera, con un colchón, una manta y el calor de tu cuerpo, viviría inmensamente feliz.
Tus pechos serían mi alimento, y mi presencia te animaría a luchar por sacarme adelante.
La historia no la escriben los cobardes. Una mujer luchando por la vida y el sostenimiento de su hijo, es vista con buenos ojos por la sociedad, más que cuando esta decide renunciar a esa lucha, lo abandona o acaba con él.
Querida mamá, no me mates, déjame disfrutar de la vida. Pero, si no te vieras con ánimo para darme tu amor, deberías permitir al menos, que otras personas puedan gozar de lo que yo pueda darles, y como contrapartida, yo a cambio recibir de ellas el amor que tú alegremente me niegas.
Sin embargo no dudes, de que independientemente de la decisión que tomes, te perdonaré y desearé que seas tan feliz, como yo lo hubiese sido a tú lado.
Tu hijo concebido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario