LA MIRADA DEL SANEDRIN - La asamblea o corte suprema en tiempos de Jesús, estaba formada por setenta personas más el sumo sacerdote. Tenía competencias sobre la doctrina religiosa, aunque actuaba también en el ámbito civil.
En el Sanedrín existían tres partidos: los saduceos, los fariseos y los zelotes. Nicodemo y Arimatea eran dos de los miembros del mismo, seguidores de Jesús en la clandestinidad, aunque podía haber habido otros.
Sacerdotes, fariseos y escribas fueron el objetivo principal de Jesús en sus pláticas. Con ellas abortaba y denunciaba los planes de la clase dirigente por ahogar al pueblo. A la mayoría del Sanedrín no le gustaba que Jesús perdonara los pecados, curara a los enfermos, multiplicara los panes, expulsara a los mercaderes del Templo, no respetara el sábado según su aplicación estricta de la Ley. Esto podía dar a la gente, una nueva visión de la religión y eso ellos no lo podían permitir.
Así, que desde el primer momento tuvieron claro, que aquel hombre que inclusive se atrevía a afirmar, que aunque destruyeran el Templo él lo reharía en tres días, era un enemigo de lo establecido.
Le siguieron exhaustivamente, le propusieron todo tipo de cuestiones, para encontrar desde una contradicción a un delito del que pudieran denunciarle, sin embargo, Jesús que conocía el interior de sus corazones, les denunciaba ante las gentes, poniendo al descubierto sus intenciones.
En definitiva les fue liberando de la opresión a la que los sometían. El hombre estaba por encima de la LEY. A los miembros del Sanedrín nos les importaba que fuera el Mesías, sino que acabara con sus prebendas.
Judas, les dio la oportunidad de detenerlo, sin que sus seguidores pudiesen hacer nada.
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