sábado, 23 de abril de 2011

CINCO MIRADAS (4)

LA MIRADA DE PONCIO PILATO Si algún personaje adquiere relevancia en la crucifixión, es el procurador romano que gobernaba Judea en aquellas fechas.
Casado con la prima del emperador Tiberio, fue destinado a Palestina por éste, ante los rumores constantes de que intentaban asesinarlo. 
Pilato no acabó por entenderse con las autoridades religiosas a las que se enfrentó continuamente. Sin embargo, cuando le presentaron a juicio a Jesús, pese a las advertencias de Prócula, su mujer, se vio superado por sus miedos.
En su interior no veía causa alguna contra el “Galileo”, y aplicó todos los resortes de castigo para hacerles desistir. Pero la jerarquía judía había conseguido lo que tanto tiempo llevaba esperando, y no dejó de aprovechar la ocasión.
Sabían que el punto de debilidad del gobernador era su relación con el tetrarca Herodes y a ello recurrieron cuando vieron que no estaba dispuesto a condenarlo. Manifestaron que Jesús se había proclamado “Rey de los judíos”. Ante esa aseveración, Pilato no podía dejar de castigar al reo, ya que ese si era un motivo político.
Pero aún así, Poncio optó por lavarse las manos y dejó que los judíos lo llevaran al Calvario. Les asignó una patrulla, para que condujeran a Jesús y dos ladrones que tenían por ajusticiar, al Gólgota o lugar de la calavera. Sobre su cabeza constaría en un rótulo, el motivo de la sentencia (I.N.R.I) “Jesús de Nazareth Rey de los Judíos” 

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