Las lágrimas son la expresión de los sentimientos humanos. Acuden a nuestros ojos, lugar en el que habitan, cuando la amargura o felicidad inundan nuestro ser.
Su líquido recorre nuestras mejillas y arrastran, hasta la comisura de los labios, su amargo sabor.
Hasta hace poco, la acción de llorar suponía una actitud poco masculina, sin embargo, hoy día, es una clara expresión de nuestros sentimientos. Hasta el propio Jesús, nos dicen los evangelios, lloró por Lázaro, el amigo muerto y sepultado.
Si estás ante un momento de tristeza o alegría, y las lágrimas luchan por salir de tus ojos, no las detengas por favor, tu corazón se alegrará.
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